El sexo por el sexo no lleva a nada. El sexo sin cariño carece de contenido humano. El sexo, si no está lleno de miradas y abrazos y latidos de corazón que se sincronizan, no es más que otra actividad física que implica placer, por muy satisfactorio que resulte.
Es muy contradictorio, ¿no? Pasarse toda la vida buscando un estilo de ídem y encontrarse de repente con algo totalmente distinto a ello. Querer amor y encontrar placer carnal. Disonancia cognitiva, lo llaman en términos de psicología. De cuando la cognición, la sapiencia de la situación, dicta una cosa, y los actos conscientes de la persona responden a un dictado totalmente distinto. De cuando sabes que fumar es malo pero aún así fumas. De cuando sabes que el sexo es vano y absurdo, pero mantienes una relación basada en el sexo.
Dicen que la disonancia cognitiva solo se puede reducir (aplacando así la locura interior que conlleva) cambiando los actos. Fumar menos, reducir los encuentros sexuales. Tal vez. Hay quien la reduce también a base de "interceptar" la cognición, bien tomándose a la ligera el cáncer que puede provocar un cigarro o restándole importancia a la previsión de vida que tenías antes de encontrar la conformidad en el sexo.
A decir verdad, ahora entiendo mejor que nunca este término de disonancia cognitiva. Y, tonterías aparte, sobrellevar esta tensión interna entre la conciencia y los actos conscientes son palabras mayores.
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