04 julio 2012

"There's no place like London", Sweeney Todd

Londres es la ciudad en la que todo tiene cabida. Un Nueva York en miniatura, o más bien habría que decir que Nueva York es un Londres a lo grande. La capital indiscutible de lo raro, de lo común, de la fama y del individualismo, de las revistas y de los antros grunge, de los maquillajes extremos, la ciudad del eterno carnaval, del metro con su "mind the gap" y los autobuses de mil pisos que paran a dos centímetros del que va delante, la eterna niebla, la capital de la celulitis, de los takeaway, de las Dr Marten's, de las New Age, de las rastas de colores y mil antros sucios para tatuar.

Londres es un recipiente en el que existe todo lo imaginable. Y lo que no existe pero se puede imaginar, acabará existiendo. Londres es como Nunca Jamás, o como el universo, Londres es, en fin, qué os voy a contar si todos los que estamos leyendo esto posiblemente ya conozcamos esta ciudad. Lo curioso es que si compartiésemos vivencias, veríamos cuán diferentes son unas de otras, y es que hay un Londres para cada individuo, como si la ciudad se adaptase a uno como un perfecto guante, el cual, en mi caso, sería sin duda aterciopelado, negro, cómodo y comprado en Camden. ¿Y el tuyo? ¿Cómo sería tu guante? ¿Cómo es tu Londres?

Dos días.


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